Un Viaje Transformador a Través de la Formación Montessori

Guías durante el entrenamiento con Montessori AMI (Asociación Montessori Internacional).

El 10 de junio de 2024, tres integrantes de nuestro equipo en Siembra Montessori –Alejandra Marín, Yeovana Mercado y Yineth Quiroga– emprendieron un camino que desafiaría, transformaría y, finalmente, las prepararía para convertirse en guías Montessori en el sentido más profundo. Durante los siguientes 13 meses, su formación se desarrolló a través de una rica combinación de aprendizaje presencial y en línea, culminando el 10 de julio de 2025.

A lo largo de un año, su recorrido estuvo marcado por un profundo compromiso y cientos de horas de aprendizaje. Viajaron varias veces para asistir a sesiones presenciales que les permitieron conectar de verdad con la práctica, mientras que el resto de la formación siguió el ritmo pausado de las clases vespertinas, semana tras semana. Todo culminó en una etapa final intensa: un mes completo de trabajo inmersivo y práctico, donde dieron todo lo que tenían para terminar sus proyectos, perfeccionar materiales y demostrar lo aprendido. Fue un proceso exigente, guiado por ojos expertos, y un verdadero testimonio de la pasión y perseverancia que este camino requiere.

Esta experiencia fue mucho más que una capacitación: fue un viaje a través del método creado, probado y validado por la Dra. María Montessori. No solo lo aprendimos; lo vivimos, tal como el método tan bellamente lo demanda.

Para estar verdaderamente presentes en un ambiente Montessori y guiar de manera efectiva a l@s niñ@s, no basta con prepararse a fondo: es necesario transformarse. Y esa transformación fue el corazón de nuestra experiencia a lo largo de esta formación.

También construimos lazos significativos con otras guías en formación, formando conexiones que ahora se sienten como hilos tejidos en un mismo tapiz dentro de la comunidad global de la AMI (Asociación Montessori Internacional). Estas relaciones no solo nos sostuvieron durante la intensidad del proceso, sino que también nos recordaron por qué elegimos este camino desde el principio. Junt@s, reafirmamos nuestro compromiso no solo de vivir el método Montessori, sino también de compartirlo y expandirlo como parte de un círculo global de educadores que creen en su poder para formar seres humanos capaces y compasivos. En esas amistades, en ese propósito compartido, encontramos algo más que colegas: almas afines.

Siembra Montessori es un mundo aparte—un lugar donde el corazón pesa más que la experiencia, donde cada vida que tocamos transforma sutilmente la nuestra, y donde la transformación fluye en ambas direcciones: silenciosa, profunda.